lunes, 6 de octubre de 2008

Reportaje, Parte II





intentaremos profundizar en el origen del proceso social que se desencadena en el triunfo del “no” y la presente democracia como partes de un mismo proceso de reorganización del capital desde la dictadura hasta nuestros días, es decir, “Chile: La alegría ya viene” no es mas que una falacia política que intentaba maquillar un proceso inevitable para el beneficio de las clases dominantes de nuestro país y el capital norteamericano.

La tradición republicana de nuestro país cuenta a su haber con un pasado vergonzante, heredera de políticas internacionales en el quehacer económico en beneficio de los países industrializados y en desmedro de las naciones emergentes de nuestro continente que, a pesar de ser cuna de un sin fin de riquezas naturales, sustentan desde su génesis la pobreza y la miseria de sus pueblos.

La última dictadura militar, que oriento el destino de nuestro país, no es la primera. Desde su nacimiento hasta hoy, Chile posee tatuadas en el cuerpo de su historia veintitrés intervenciones militares, siempre en alianza con los sectores mas acomodados: Oligarquía, burguesía, Inglaterra, Estados Unidos y así.

Pero las intervenciones militares no surgen espontáneamente, mucho menos por el mero interés de la tradición marcial en manejar las riendas del país y el destino de los trabajadores y sus familias. La historia nos muestra claramente como las relaciones económicas van configurando la sociedad, como los patrones de acumulación del capital van desarrollándose en una sociedad determinada y, cuando en su seno ésta alcanza contradicciones irremediables, la crisis indica un reordenamiento del sistema, o mejor dicho, una nueva fase del modo de producción, lo que trae consigo nuevas constituciones políticas, nuevos gobiernos y por supuesto una lucha intestina al interior de las clases políticas.

Es en este sentido que intentaremos dar una perspectiva científica a lo que ya todos medianamente sabemos; El triunfo del “NO” a fines de los 80 representa una victoria para los partidos burgueses y socialdemócratas pero no para el pueblo chileno en sí, pues los intereses que levantan los móviles de “Esta victoria de la democracia” pertenecen al mismo sector que impulsó la dictadura en “El triunfo del país”.

De otro modo, intentaremos profundizar en el origen del proceso social que se desencadena en el triunfo del “no” y la presente democracia como partes de un mismo proceso de reorganización del capital desde la dictadura hasta nuestros días, es decir, “Chile: La alegría ya viene” no es mas que una falacia política que intentaba maquillar un proceso inevitable para el beneficio de las clases dominantes de nuestro país y el capital norteamericano.

Octubre de 1988 – Octubre de 2008:
20 años de democracia producto de la contrarrevolución neoliberal.


Cuando hablamos de contrarrevolución neoliberal, nos referimos fundamentalmente al proceso político económico que permitió en Chile por un lado la despolitización de la clase trabajadora y los sectores populares luego del golpe militar en 1973 como premisa social y resultado a la vez de progresivas reestructuraciones económicas tendientes a devolverle a privados lo nacionalizado hasta la fecha y reorganizar la producción y los mercados en perspectivas de los intereses de los mercados del primer mundo.

La contrarrevolución neoliberal es eje fundamental de análisis a la hora de hacer una aproximación al estudio de los diferentes procesos sociales ocurridos en chile durante las últimas tres décadas, debido al rol central que cumple en la dictadura y el actual periodo de “transición”. Comprendiendo, insistimos, a manera de aproximación, las fases fundamentales de este proceso, nos acercaremos también a la importancia del “Triunfo del No” y las condiciones actuales en el plano económico y político por el que atraviesa gran parte de nuestro país y por supuesto también la Universidad y los estudiantes.

Antes que cualquier otra cosa, para comprender lo que ha significado estos 20 años de democracia, debemos distinguir que estas últimas dos décadas corresponden a una de tres fases de un mismo proceso iniciado con la dictadura militar y que no es precisamente la fase mas alejada de los intereses que mueven este proceso sino el periodo de continuación y administración civil de un neoliberalismo maduro.

De la contrarrevolución neoliberal, que vino a golpear los procesos de cambio social que habían desarrollado los sectores populares a comienzos de los 70´ se distinguen hasta la fecha tres fases: la de 1975 a 1981, la fase fundacional; de 1982 a 1989, la de profundización y de ajustes heterodoxos, y finalmente, de 1990 a nuestros días, la fase de administración civil de una contrarrevolución ya madura[1]

El golpe militar de 1973 no constituye en sí el comienzo inmediato de la sistemática y progresiva instauración del neoliberalismo en Chile, mas bien refleja a groso modo, el último recurso de la reacción criolla y los intereses norteamericanos por derrocar el gobierno de la unidad popular, pues la vía de choque parlamentaria y el camino de la desestabilización forzada no habían dado resultados. Es a partir de 1975 que la dictadura embarca su rumbo bajo la orientación de los “Chicago Boys” en la dirección del banco central y ministerios de economía, minería, de hacienda, trabajo y previsión social y organismos como la dirección de impuestos internos, de presupuestos, ODEPLAN y la superintendencia de las AFP.

La formación de estos 25 economistas se realiza en la Universidad de Chicago, y luego de su regreso a Chile van reestructurando sistemáticamente diversos aspectos de la economía, enfocados fundamentalmente en la reducción del gasto fiscal, la privatización de sectores estratégicos de la economía, libre ingreso de inversiones y divisas y una serie de reformas en diversos aspectos de lo monetario, con el fin de un reordenamiento general de La producción social.

La necesidades de la población ya no le correspondían al estado satisfacerlas, sino al mercado, donde habitan los más diversos sectores del empresariado que movilizados por el principio básico de la acumulación, en el acto de producir mercancías como la salud, la educación o el agua, representan un golpe a la dignidad de Chile. Sin embargo el rumbo económico esta decidido y para su libre desarrollo y fortalecimiento, los aparatos coercitivos deben funcionar en su estado de máxima operatividad para frenar cualquier iniciativa por parte de la izquierda u otros sectores progresistas de intentar subvertir la situación. Dentro de este parámetro podemos ir vislumbrando el rol de la dictadura dentro de este proceso, pues para realizar de manera viable estas reformas económicas (a la vez sociales y políticas), el estado y los sectores mas acomodados del país necesitan de un gobierno militar, pues los altos y bajos de este “experimento” en Latinoamérica y el hecho de instaurar un nuevo modelo por sobre el que las masas se habían decidido a conquistar, trae de por sí una inestabilidad social con las mas diversas expresiones, desde la oposición férrea de los partidos burgueses que buscaban conquistar un estado desarrollista nacional hasta la rearticulación de diversos sectores del pueblo chileno para la confrontación del régimen, a pesar de que hoy podemos comprender que la dictadura no era el enemigo fundamental del periodo, pero sí la muralla que hacía de este proyecto de vanguardia, una vía segura.

La fuerte crisis debida fundamentalmente a la deuda externa del país durante los años 82 y 83, representa uno de los periodos mas sombríos para los Chicago Boys y por sobre todo para los sectores mas pobres de Chile, la deuda superaba el 110% del PIB, y los economistas criollos enfrentaron la situación a través políticas a corto y largo plazo. En una primera instancia se devaluó la moneda nacional, se redujo el gasto fiscal y se redujeron los salarios reales causando estragos suficientes para gatillar el descontento social acumulado por las diversas aristas que trae consigo una dictadura, aristas dignas de análisis pero que hoy debemos dejar sobre el escritorio para seguir tratando de aproximarnos a la médula del proceso que es transversal tanto al gobierno militar como al actual gobierno.

Sumado a esto, comenzaron las “negociaciones de la deuda externa”, en donde la deuda privada se convierte en deuda publica y se ofrece como pago la “capitalización” de activos productivos, es decir, comienza una segunda etapa de privatizaciones en el país devoradas por capitales transnacionales y por supuesto, seguir al pie de la letra las indicaciones del Fondo Monetario Internacional y aplicar las reformas estructurales propuestas por el Banco Mundial.

Estas medidas significaron una salida firme de la crisis de los 80´, medidas y reformas que hasta el día de hoy se continúan ejecutando por los gobiernos democráticos que basan sus políticas en la actual estructuración de la economía, legado de la burguesía criolla que tuvo como elemento clave para su victoria dos aspectos fundamentales:

a) Una vanguardia de economistas forjados en Estados Unidos que establecieron el neoliberalismo como plan estratégico de la contrarrevolución, además de tener la capacidad de superar las crisis con miras a largo plazo a pesar de haber dejado estragos en la sociedad, fundamentalmente a los sectores mas pobres.

b) Una férrea superestructura política que permitiera llevar a cabo la estrategia neoliberal, la dictadura militar que permitió superar las crisis y llevar adelante las reformas necesarias para asentar el modelo neoliberal hasta que las condiciones permitieran el asenso al “poder” de los sectores democrático burgueses.

Para el periodo fundacional y de profundización vamos vislumbrando como no son excluyentes Dictadura y Neoliberalismo, y que por motivos de presión popular y de los sectores políticos de la misma burguesía, acompañados de los intereses financieros, de importadores extranjeros y de las condiciones del mercado mundial, se hace necesaria una tercera etapa de la contrarrevolución, la administración civil, la que traería en sus entrañas también la victoria de las clases dominantes sobre la izquierda y los sectores populares mas politizados.
Los puntos anteriores son centrales a la hora de determinar la valiosa “estabilidad económica” de la que se jacta Chile en el escenario regional. Procesos distintos vivieron otros países de Latinoamérica que por no desarrollar las políticas neoliberales hasta la médula, se vieron colapsados y enfrentando crisis por la deuda externa en periodos en que las clases políticas habían retornado al poder, lo cual propicia condiciones mas agudizadas de un mismo proceso, tal es el caso del “El Caracazo, 27 de febrero de 1989 bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez y la crisis económica de Argentina que tuvo su desenlace en el 2001.

Neoliberalismo, desarrollo y exportación.


Si bien muchas regiones del país han visto en su seno un desarrollo no percibido antes, el modelo económico trae en sí mismo las contradicciones que hacen de él un modelo nefasto para los chilenos.

La liberalización de la economía permite por supuesto que inversiones extranjeras desarrollen la producción en nuestro país, lo que a su vez genera empleos y sustenta el desarrollo, sin embargo el conjunto de las exportaciones que realiza el país gravita fundamentalmente en la exportación de materias primas, lo que respecta a la industrialización no es mas que productos manufacturados a base de materias primas tales como harina de pescado, maderas y conservas lo que representa entonces la profundización de las exportaciones de recursos naturales mas que la fabricación y exportación de productos industriales.


No es menor mencionar que lo expuesto mas arriba es posible en aspecto importante a través de la liberalización de la economía que permite el ingreso de capitales transnacionales a invertir en nuestro territorio, esas posibilidades de inversión se sustentan en un sin número de condiciones que otorga el estado a la libre explotación de nuestros mares, suelos y por supuesto, trabajadores.


Muestra clara son las ayudas económicas a las inversiones por ejemplo, de la industria salmonera, que además de recibir capital estatal para la implementación de plantas, recibe también subvenciones para el pago de salarios, es decir, que con los impuestos que pagamos, les pagamos también a los trabajadores que producen para capitales extranjeros que poco o nada pagan de arancel por trabajar en nuestro territorio.


Respecto al empleo y el ingreso, por supuesto que la inversión aumenta el porcentaje de ocupados en el país, sin embargo, al analizar la situación durante los años noventa nos podemos percatar que son efectos cíclicos, es decir, si bien en los primeros años de la concertación el empleo indicaba resultados optimistas respecto de los últimos años de Pinochet disminuyendo el desempleo desde 22,8% al 14,2% entre 1990 y 1992; además de el ascenso del porcentaje de ocupados por hogar de un 0,92 a 1,01 personas, vemos como hacia 1994 estas cifras van estancándose y revirtiéndose, Las encuestas CASEN señalan que la tasa de desocupación pasó de 18,2% y 9,6% en 1992 al 22,0% y 11,4% en 1994 para el primer y segundo deciles respectivamente[2]


Por otro lado, el desarrollo del neoliberalismo profundizó lo que podríamos denominar el “trabajo para pobres”, es decir, el trabajo precario y con bajas remuneraciones oscilaba a principio de los noventa aproximadamente en el 45% del total de la fuerza de trabajo nacional, misma cifra para mediado y fines de la misma década, en donde los trabajadores de este sector laboral son pobres, precisamente por su condición de trabajadores no figuran como excluidos del sistema sino que el mismo mercado profundiza y reproduce la pobreza.


Y así como hay pobreza, existe también la extrema riqueza, que por las mismas condiciones del modelo productivo son acumuladas en un sector muy reducido, pues del total de empresas e industrias en el país, la gran mayoría son PYMES y muy pocas las grandes empresas pero que sin embargo son las que acumulan y concentran la mayor cantidad de capital.


La encuesta CASEN nos señala que a partir de los años 90 en Chile “los promedios del decil de hogares más ricos son casi 29 veces mayores a los ingresos del decil de hogares más pobres. Y si se comparan sus ingresos medios percápita, el ingreso de un rico típico supera en más de 50 veces el ingreso medio de un pobre”[3]


DE LA DEMOCRACIA

Premisa básica para las clases políticas, tanto del oficialismo como de la oposición es que la apertura de los mercados, la competencia internacional del país y la globalización requieren de por sí, una amplia y profunda democracia. Es el discurso común entre Bachelet y Bush, entre los países neoliberales que tienen como piso político, la defensa y profundización de la democracia a toda costa.


Siguiendo el análisis anterior podemos entender entonces que la democracia actual está relacionada íntimamente y corresponde al modelo productivo, mismo modelo reproductor de pobreza y desigualdades. Misma razón que deja la sensación de “promesas no cumplidas”, de que “la alegría nunca llegó”, sin embargo, desde siempre, la lucha democrática que encabezaron los partidos burgueses se sustentaban en la lucha por el ejercicio democrático bajo las actuales condiciones.

Condición fundamental para el ejercicio democrático nacional es la participación decidida de los actores que componen la sociedad, participación en función de los intereses de cada sector, sean compartidos o no, sin embargo, el actual modelo ha destrozado la base material que permite la organización al interior de los trabajadores.


La tasa de sindicalización ha decaído abruptamente, los datos de la Dirección del Trabajo nos muestran que la densidad sindical en Chile cayó desde un 19,2% de la fuerza de trabajo privada asalariada en 1990 a un 14,5% en el 2000. Esta última cifra se ha mantenido hasta hoy, que según muchos economistas y políticos se deben a un sinnúmero de factores tanto sociales como culturales, pero que sin embargo pasan por alto las condiciones materiales que permiten la organización sindical, es decir, el actual modelo, por la subdivisión de la producción, económicamente ha disgregado a los trabajadores a pesar de que realicen las mismas tareas.

La flexibilización laboral es una necesidad imperiosa para el actual modelo y para la actual democracia, pues permite el desarrollo de esta restructuración de la economía apoyada en los hombros de los trabajadores. Misma necesidad que permite el nacimiento de las empresas subcontratistas, donde los trabajadores realizando las mismas faenas pertenecen a distintas contrataciones, por lo mismo, no están las condiciones inmediatas para la organización y para dialogar con la empresa mandante (donde realizan las faenas) pues sus patrones son distintos y sus condiciones sociales también.

Sobre estas relaciones económicas se levantan las leyes de negociación colectiva. Actualmente la ley permite la negociación de los trabajadores organizados en “sindicatos empresa” por lo cual los sindicatos transitorios, independientes o interempresas se ven impedidos.

¿Es realmente participativo el actual sistema democrático si el modelo económico que defiende el gobierno propugna la despolitización y la desorganización de la sociedad?


La premisa social para el comienzo del fin de la dictadura militar es la despolitización. Sustentados en la excusa de la violencia política y la reacción del gobierno militar frente a esta, los partidos (en ese entonces) de oposición comenzaron a desarrollar la lucha frontal contra la dictadura a través de la batalla electoral, arrastrando al conjunto del pueblo a depositar sus ideas, su capacidad de organización, su creatividad política en la dirigencia de los partidos, descontituyendo a los sectores sociales, destruyendo también al trabajador, al poblador, al estudiantes y al profesional como sujetos sociales.

La transformación social fue radical, de las grandes protestas nacionales, de las organizaciones naturales de la población, del estudiante, la transformación fue pauteando a la generación de los 80 y muy pronto los nuevos jóvenes de los noventa tendrían íconos tan miserables como el Chino Ríos y su “no estoy ni ahí”.

La universidad no está exenta de este proceso. Es natural ver a nuestros compañeros pasar horas y horas en los pastos de las universidades de todo el país, los centros de alumnos están totalmente despolitizados y el movimiento estudiantil no existe, solo se desarrollan luchas aisladas y parceladas durante el primer semestre.

La politización no pasa por un asunto de enajenamiento, sino de tener conciencia respecto de las condiciones donde se desenvuelve el sujeto y tener la capacidad de tomar posición frente a esta.

Respecto a las clases políticas, es de menor importancia mencionar punto por punto las reformas que ha hecho la concertación a el modelo de la dictadura pues en lo absoluto transforman las leyes orgánicas que son la columna vertebral de la superestructura política de el actual sistema, al contrario, en base a el han desarrollado todas sus políticas.

El gobierno de Bachelet se ha caracterizado por tres hechos fundamentales:

a) La Reforma Previsional, que en lo absoluto impide a la banca privada accionar con los ahorros de los jubilados de Chile.

b) El Transantiago, sistema de transporte que pone de manifiesto que el mercado no puede hacerse cargo de las necesidades sociales, pues las políticas empresariales se basan en la premisa de la acumulación y la ganancia.

c) La educación, estableciendo que la educación preescolar es fundamental para el desarrollo de los chilenos, pero que en la practica, podemos observar que las nuevas salas cunas y jardines infantiles tienen bastante efectividad si se necesita a hombres y mujeres durante todo el día en el área laboral para aumentar la producción y por supuesto, por parte de los padres, para hacer dos sueldos porque los salarios reales disminuyen con las constantes alzas en el mercado.

Para finalizar el presente artículo solo planteamos las siguientes preguntas:
¿Cuál es el carácter de la democracia? ¿Es motivo de celebración estos 20 años desde el triunfo del No? ¿Cuán distinta es la sociedad después del 88?

[1] Rafael Agacino, Chile 25 años después: claroscuros, ilusiones y fisuras de una contrarrevolución madura.
[2] Cifras tomadas del CEPAL (1995)
[3] CASEN (1996), INE (1997-1998)Escribe aquí el resto

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Octubre de 1988 - Octubre de 2008: ¿Celebrar o Conmemorar?

Chile a 20 años del triunfo del NO
Octubre de 1988-Octubre de 2008: ¿Celebrar o Conmemorar?

Desde el mismo entorno social en que se desarrollan los estudiantes concientes, tenemos el deber de saldar cuentas con el ejercicio mismo de nuestra profesión, la cual durante años ha sido utilizada al servicio de la clase burguesa. Es por esto que luego del trabajo realizado durante las movilizaciones del primer semestre de 2008 “Medio Directo” se reinventa y llega a manos de la comunidad universitaria con un trabajo informativo y de análisis, el cuál responde a la realidad política y social en la cual estamos inmersos. A 20 años del comienzo de la “democracia”, analizamos causas y consecuencias de la crisis que afectó a Chile en la época. Se da a conocer la atmósfera vivida en la ciudad de Temuco y en todo el país. Además identificar aspectos económicos que dieron cuenta del nuevo modelo heredado de dictadura.

Triunfo del NO; el resultado del adormecimiento de una generación

El Próximo 5 de Octubre el gobierno y con ello la concertación celebraran 20 años de lo que ellos llaman: El retorno de la democracia, el triunfo del NO en el plebiscito de 1988, el triunfo electoral de todo un país que vio transformado su derecho a organización política, a una simple opción electoral que termino por sepultar el ideal de Democracia y participación política activa, en un Chile que había vivido 17 años de oscuridad, que estaban lejos de terminar, muy por el contrario, solo cambiaron los nombres y los colores, por que la base de lo que marcó a Chile sigue siendo la base de lo que se nos ha intentado hacer creer que hemos construido todos en estas dos décadas de “democracia a su manera”. A continuación se describe la atmosfera de aquel día en la ciudad de Temuco y a nivel nacional, las causas y las consecuencias de la crisis que afecto a Chile en la época y además, la situación global del país en el aspecto económico.

El por qué del plebiscito y las consecuencias sociales

La presión que provocó sobre la dictadura, a partir de 1983, la reorganización social; las crecientes protestas, que en agosto de ese mismo año, dejo como resultado 26 personas muertas en dos días; la crisis económica, en la cual el producto (PIB) cayó un 14,5% y el desempleo bordeo el 30%, obligó a Pinochet a llamar a un plebiscito en 1988.
El triunfo del NO, es el resultado de todo un proceso, de convencimiento de las masas. Masas que no son lejana de nosotros pues está constituida por integrantes de nuestro grupo familiar más próximo; padres, hermanos, abuelos etc. Este proceso intento, hacer creer que venia un chile distinto, un chile más alegre, lo cual estuvo y esta muy lejos de concretarse, ya que sólo se jugo con un ideal de Democracia.
El voto fue para las personas un salvavidas, la herramienta que los ayudaría a ser libres, para los políticos, el voto fue, tan sólo, el anzuelo para atraer a miles de personas, reclutarlos bajo la falsa premisa de la libertad sin más y extirpar de la sociedad la conciencia y responsabilidad política. Un mes antes del plebiscito 7 millones de Chilenos se inscribieron en los registros electorales, esto debido al llamado de un sector político que pretendió y consiguió extrapolar la fuerza del pueblo para construir un grupo de individuos que en el futuro llenara sus filas. Los resultados de este proceso de simplificación, son los que actualmente podemos palpar en las Universidades, en nuestras familias y en la sociedad en general; el aletargo de las mentes y la irresponsabilidad con respecto al trabajo en pro de la construcción de un país mejor. Los adormecieron…primero a nuestros padres y por consecuencia a nosotros y los problemas continúan, ya que el efecto domino parece inminente.
Chile vive bajo el dominio del modelo Capitalista neoliberal, y de la constitución política de 1980, herencia directa de la dictadura militar, la cual ha sido retocada y adecuada, por los gobiernos de la concertación, en conjunto con los partidos de la alianza.

Paso a paso a la Democracia

Tensión y esperanza, eran las dos sensaciones que el 5 de octubre de 1988 se sentían en el aire. La tención se manifestó desde la madrugada, un apagón dejo a oscuras a Chile entero, mal augurio a esa hora del día, sin embargo el primer informe a las 7 de la mañana denota absoluta normalidad. Las 22.000 mesas electorales ya se encuentran dispuestas para recibir a los 7.435.913 que ese día debían sufragar. Los centros de cómputos eran 2, el oficial ubicado en el edificio Diego portales y el de la oposición, quien obtiene la información directamente desde los vocales de mesas designados a lo largo de todo Chile, los sistemas de acopio que se utilizaron fueron 2; mediante una red computacional y otro de fichas llenadas a mano .
A las 10:30 am el primer informe del día indica que se encontraban constituidas el 40% de las mesas lo que causó preocupación en la oposición.
A las 14:10 pm el 46% de los votos eran para el SI y el 33,7% para el NO, esto según un flash hecho a boca de urna por la empresa de sondeo Gallup.
A las 16:OO pm la mayoría de los Chilenos ya habían votado y se dirigían a sus casa a esperar los resultados, luego a las 14:30 pm se corta la comunicación entre el centro de cómputos oficial y la moneda, por lo tanto el primer informe de recuento de votos es entregada directamente por Cardemil( subsecretario del interior) a Pinochet
El informe oficial favorece al SI el que gana por 17 puntos de diferencia del NO, lo que se contradice con los informes de la oposición. La demora en la entrega de resultados y la diferencia entre ellos hace acrecentar la tención, la disputa giraba en torno a quien era el que entregaba los cómputos reales. A las 20:45 pm Pinochet advierte en los patios de La Moneda sobre la existencia de encapuchados que portan armas en Santiago. Sus declaraciones tensan aún más la situación. Para la oposición, puede ser una excusa para sacar las tropas a la calle, alterar los resultados e, incluso, suspender el plebiscito. Carabineros detiene más tarde a los encapuchados y descubre que se trata de agentes de inteligencia del propio gobierno.
A las 21: OO pm se hace publico el computo extraoficial; el SI logra un 41,3% y el NO 58,7%.
Debido a esto los votantes salen a las calles a celebrar, carabineros disuelve la manifestación.
A las 22.00 pm se entrega el segundo cómputo oficial, de un total de 677 mesas. El SI logra un 51,3% y el NO un 46,5%. Se continúa postergando desde la tarde la reunión de Pinochet con las FF.AA y carabineros, por otra parte la dirección nacional de comunicaciones sociales (DINACO) trabaja arduamente rastreando las transmisiones radiales, la orden es la clausura inmediata de aquel medio que haga llamados a celebrar el eventual triunfo del NO.A las 22:45 pm los resultados ya hacían eco dentro de el palacio de la moneda; Cardemil informa a Pinochet que el NO supera el 53%,José Goñi recibe una llamada del ministro Allamand, vicepresidente de RN quien amenaza con validar los cómputos del NO, Sergio Onofre Jarpa, presidente de RN telefonea a Cardemil para expresar su preocupación por la demora en la entrega de los cómputos, mientras esto ocurría la oposición hace publico los cómputos que indican que el SI obtiene un 40,2% y el NO un 57,8%. Pinochet no se pronuncia al respecto.
A las 23:15 pm Jarpa, reconoce en un foro transmitido en directo por canal 13 el triunfo del NO.
Pasada la media noche Pinochet reconoce con sus ministros la derrota y les pide sus renuncias, los ministros en su mayoría se sienten engañados, luego se lleva acabo la reunión que Pinochet había postergado durante todo el día con las FF.AA y carabineros. Los cuatro jefes militares se oponen rotundamente a la firma de un poder que le otorga a Pinochet todas las facultades para anular el plebiscito, este se retira de la moneda alrededor de las 2:00 am , abatido, derrotado y completamente solo .
A la 1:00 am Cardemil (Subsecretario del Interior) hace lectura que reconoce al país el triunfo del NO. Los cómputos finales son, un 43%para el SI y un 54,7% para el NO, los festejos se apoderan de las calles.

Temuco en el día "P" sensacionesy sentimiento

Después de una tensa madrugada, amanece Temuco con un cálido día de octubre, en el aire se respiraba un tenso aroma que cobijaba la consulta nacional. El largo día provocaba una gran incertidumbre en la población la cual sentía una leve sensación de desconfianza frente a los que durante años los atormentaron con amargos días de sufrimiento y dolor. La presencia militar cercana que resguardaba las urnas se mostraba tranquila pero aun así dieciséis años de dictadura no son fáciles de olvidar. Las bombas de ruido y los apagones de luz que se sintieron durante la madrugada del 5 de octubre de 1988, aumentaron la inseguridad de acudir a votar, pero a pesar de eso durante la mañana las mesas ya estaban constituidas y listas para recibir a los votantes, los cuales alrededor del medio día comenzaron a llegar. Según uno de los integrantes de una de las primeras mesas constituidas aquí en Temuco el día se desarrolló de manera normal y tranquila como cualquier otra votación, pero aún así el miedo ocupaba parte en los corazones de los sufragantes, el hecho de no saber con quien hablar o el no saber a qué bando apoyaba la persona de al lado aumentaba mas la tensión en el ambiente.

Ya cumplida la labor cívica, le gente regresó a sus hogares de manera tranquila y evitando cualquier incidente que provocara a las autoridades, ahora sólo debían esperar el recuento de la votación a nivel nacional. En el primer recuento entregado a las 19:30 horas el resultado arrojaba una amplia mayoría a favor del SÍ, situación que cambio radicalmente a las 22:30 de la noche donde ya se avistaban las primeras señales de derrota en las filas del gobierno militar lo que motivó a la gente de Temuco a salir a las calles para festejar el término de la dictadura, concentrándose la celebración en el cerro Ñielol donde la gente con canticos y banderas al viento rompía las cadenas que los ataron durante tantos años.

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viernes, 1 de agosto de 2008

Una práctica democrática ausente

Desde el retorno de los gobiernos democráticos, Chile a avanzado en materia de participación, recuperando derechos que han permitido de cierta manera a la sociedad civil ser parte del Estado y la vida política. Sin embargo, a 28 años de terminado el Régimen Dictatorial, los cambios no han sido ostensibles. La falta de un proceso de democratización y de políticas que generen espacios de real participación dentro de las diferentes esferas de la vida social es una deuda pendiente. Hoy en día, una sociedad civil poco identificada con una democracia representativa, está exigiendo mayores espacios de participación y la universidad ha generado el debate. La Triestamentalidad, concepto que se refiere a la participación de estudiantes, funcionarios y académicos en las decisiones de la universidad, está en la agenda de varias instituciones del país.


Perspectivas de una política histórica de participación.

Desde hace mucho tiempo que las decisiones de la universidades en Chile pasan por un pequeño grupo, elegido por un sector específico. Hoy en día, la Ley 19.305 regula esté proceso, en el cual están calificados para ejercer su voto solamente los académicos pertenecientes a las tres más altas jerarquías de la universidad y que tienen por lo menos un año de antigüedad en esta.

Pero esto no siempre a sido así. Durante la segunda mitad de los años sesenta, en Chile se inicio un movimiento social que trajo grandes cambios: la “Reforma Universitaria”. Ésta permitió una amplia democratización de los gobiernos de las universidades, generando que estudiantes, administrativos y académicos participaran de las decisiones. Como lo señala el Académico de la Universidad de la Frontera Jorge Araya: “Antiguamente existía la Triestamentalidad donde los estudiantes podían participar en la elección del rector”.

Un caso latinoamericano que da cuenta de lo antigua y trascendental que es la discusión sobre una Triestamentalidad en la universidad se puede fundamentar en el movimiento argentino conocido como “El Grito de Córdoba” de 1918, que luchaba por conseguir una “soberanía universitaria”.

Sin embargo, en Chile este periodo de reforma fue interrumpido y prácticamente eliminado con la intrusión del Régimen Militar de 1973. Con la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), Pinochet contrarreforma los avances logrados en los 60’ en materia de educación superior. El artículo 45 de esta Ley orgánica hace referencia a los estatutos de las universidades y legisla la no participación de los demás estamentos en los gobiernos universitarios.

Al referirse al tema de los estatutos, el dirigente estudiantil Alejandro Riveros declara que “nuestra oportunidad es este año cuando se discutan los Estatutos de Educación Superior, debemos sumar fuerzas entre los estudiantes y generar una alianza estratégica con los funcionarios, con los cuales somos los sectores más postergados hoy día en las universidades chilenas, juntos debemos lograr modificar ese párrafo que dice que los estudiantes y funcionarios no tenemos derecho a decidir”.

La Universidad de La Frontera en vías de Triestamentalidad.

Los Funcionarios junto a los estudiantes son los estamentos marginados de las decisiones al interior de las universidades; para ellos, lograr un gobierno triestamental es básico, como afirma el presidente de la Asociación de Funcionarios de la Universidad de La Frontera (AFUF) Jorge Seguel “no se puede hablar de universidad sino existe una triestamentalidad en las decisiones dentro de la universidad, porque la universidad la componemos todos. Los funcionarios somos los que más tiempo estamos en la universidad, porque llegamos aquí y nos vamos hasta que jubilamos, por lo tanto somos una parte importante en la universidad”.

La realidad actual es que hasta ahora no se ha logrado hilvanar una propuesta concreta de cómo se podría implementar un gobierno triestamental. Alejandro Riveros reconoce esta situación alegando que “hasta ahora no se ha hecho una propuesta, a pesar de que desde hace años se viene tocando el tema y no hemos llegado a una madures como para conformar un documento sobre ello. Lo que pasa es que siempre se ha privilegiado las demandas más economicistas de los estudiantes, como créditos, becas y aranceles.”

De igual forma los funcionarios reconocen dicha debilidad argumentando a través de su presidente Jorge Seguel “todavía estamos en pañales en este tema, comenzamos con la invitación que nos hizo el AGA (Agrupación de Académicos de la UFRO) al encuentro sobre educación que se realizó la semana pasada. Pero nos estamos preparando para seguir trabajando el tema y para ello nos organizaremos a nivel nacional en un encuentro que realizaremos pronto, donde uno de los temas centrales será la Triestamentalidad”.

El primer paso: establecer el debate.


El pasado viernes 11 de julio se realizó en dependencias de la Universidad de La Frontera una jornada donde se discutieron temas de educación universitaria, entre los invitados estaban los rectores de las universidades del Bio-bio y Los Lagos. En el panel sobre Triestamentalidad, el rector de la Universidad del Bio-bio Héctor Gaete Feres declaró que “es muy difícil concordar una triestamentalidad en las universidades, porque los académicos juegan al doble estándar, por un lado dicen que quieren triestamentalidad, pero en realidad no quieren perder ese sitial de privilegio que hoy tienen”.

En la oportunidad también hizo un emplazamiento a los académicos presentes a sincerarse sobre el tema. Sobre lo mismo, el Académico Jorge Araya reconoció que “existe un doble estándar entre los académicos porque se trata de un “sesgo ideológico”, 17 años de dictadura y años de liberalismo económico pasan la cuenta, somos una sociedad individualista; lo más probable que existan académicos que no quieran compartir la toma de decisiones con los estudiantes”.

El renacer de la “soberanía universitaria”.

La Triestamentalidad es un tema que de seguro dará mucho que hablar en los tiempos venideros, pues existe el entusiasmo de parte de todos los estamentos que componen la universidad de seguir trabajando en torno a ella. El hecho de que se haya generado un encuentro para discutir sobre esta temática en la Universidad de La Frontera es una señal fuerte.

Los funcionarios en voz de su presidente dicen: “lucharemos; como lo expresé en el foro; para que no se quede en el primer encuentro, sino que pronto generemos un segundo, un tercero y así sucesivamente”. La idea es seguir conversando y consensuando puntos para ir avanzando en la triestamentalidad para en el corto o mediano plazo generar una propuesta para que sea discutida y analizada.

La Triestamentalidad se ha comenzado a discutir nuevamente, tal como ocurrió en 1918 en Argentina y a mediados de los 60’ en Chile. Sin duda un movimiento importante tanto en materia de educación superior como de democratización de espacios que alguna vez contemplaron la participación y toma de decisiones de los estudiantes, funcionarios y académicos

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jueves, 17 de julio de 2008

EL FINANCIAMIENTO DE LA UNIVERSIDAD: EL AFD Y EL AFI.

El tema de la educación ha sido protagónico a través de la historia, sobre todo en el año 2006 con el movimiento secundario denominado como revolución pingüina y éste 2008, año en que las demandas estudiantiles han girado bajo varios ejes fundamentales a nivel nacional. El rechazo a la Ley General de Educación (LGE) y el financiamiento de las universidades estatales son parte de las demandas de estudiantado, profesores y otros cuerpos de nuestra sociedad. Estas reivindicaciones tienen su génesis en las leyes promovidas por el gobierno de Augusto Pinochet, las cuales otorgan las bases de la educación que hoy en día reciben los chilenos.

La Constitución de La República de 1980 plasma el concepto de “Libertad de Enseñanza” el cual se refiere al derecho de cualquier ciudadano a crear, organizar y mantener establecimientos educacionales; este derecho goza de una garantía constitucional que corresponde a un recurso de protección, el cual implica que por la privación, perturbación o amenaza, el ciudadano afectado puede concurrir a la Corte de Apelaciones respectiva, la que está obligada a adoptar, de inmediato, las providencias que juzgue necesarias para establecer el imperio del derecho, y asegurar la debida protección.

Por otro lado se encuentra el “Derecho a la Educación”, en el que se manifiesta que los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos; al estado le corresponde otorgar especial protección al cumplimiento de este derecho.

Pero, ¿Qué es la educación? El Diccionario de la Ciencia de la Educación del año 2003, señala que esta “proviene de la palabra latina “educatio”, enseñanza, disciplina y crianza. En su acepción más general designa la transferencia y aprendizaje de conocimientos útiles para que el ser humano pueda satisfacer sus necesidades y defenderse de la hostilidad del medio”.

El Doctor en Educación y Académico de la Universidad de La Frontera, Adolfo Gonzales Brito, la define como “un proceso formativo, que puede tener un carácter formal (establecimientos educacionales), no forma (la familia, instituciones no académicas, etc.), informal (radio, revistas, televisión, etc.) dependiendo del medio”.

Octavi Fullat, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, en su libro “Filosofías de la Educación”, dice que “la educación no es más que una acción, una actividad social, una práctica que las generaciones adultas ejercen sobre las nuevas con la finalidad de formar y traspasar el conocimiento”.

También existe un conjunto de valores que sustenta la educación. En Chile la educación se cimenta, básicamente, en el valor de la ciudadanía: formar personas capaces, que desplieguen una serie de habilidades y destrezas para que puedan insertarse constructivamente en la sociedad y a formar una base social común y lograr que este destinada a satisfacer ciertas cuotas de bienestar social y personal. Hay otros valores más universales, de carácter más poético y discursivo, que dicen por ejemplo que la educación forma personas libres, forma la voluntad de las personas, el espíritu y la nobleza.

Actualmente cruzamos una época en que la Educación es un tema muy complejo, para ello esta se ha sistematizado, regulado y reglamentado en agentes o entes educadores como las escuelas, colegios y universidades, es lo que conocemos como educación formal.

Una de las cuestiones que ha complejizado la educación es el problema del financiamiento, sobretodo y particularmente en Chile, en donde los debates en el último tiempo sobre el tema han ocupado la agenda nacional.

Los entes educadores se han construido bajo una serie de reglamentaciones legales implementadas a partir del año 1980 bajo el régimen militar, las cuales regulan los principios y formas de financiamiento de la educación hasta nuestros días.

En legislaciones como el Decreto de Ley Nº 3.477 sobre la municipalización de las escuelas públicas y el Decreto con Fuerza de Ley (DFL) Nº 4 de 1981, se establecen los mecanismo de financiamiento para las universidades chilenas por parte del Estado, bajo dos conceptos: Aporte Fiscal Directo (AFD) y Aporte Fiscal Indirecto (AFI). Ya en 1990, el modelo educacional es definido en la Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE). Con esto, el régimen militar minimiza el rol del Estado en la Educación, encomendando a éste la tarea de fiscalización y subsidiariedad, entregando la responsabilidad de educar a la familia; la comunidad; las municipalidades y a los particulares. Bajo este marco legal están cimentados el financiamiento y los principios de la educación chilena.

EL AFD, el AFI y su aporte a la Universidad de La Frontera

En nuestro país, las 25 universidades pertenecientes al Consejo de Rectores de Universidades Chilenas (CRUCH) se financian por medio de aportes fiscales y ha formas particulares de autofinanciamiento. De estas 25 universidades, 16 son estatales y las restantes 9 son estatales-privadas.

El Estado entrega sus aportes por medio del AFD, que corresponde a un monto fijado anualmente en la Ley de Presupuestos Públicos y del cual un 95% del total de los recursos destinados, se distribuyen según la asignación histórica (porcentaje fijo de capital desde 1981) de cada universidad; dejando un 5% a repartir según variables de desempeño (número de carreras de pregrado, publicaciones, proyectos, etc.) determinadas por el ministerio de hacienda.

Otro medio por el cual el Estado otorga recursos a las universidades es el AFI, que corresponde a los 27.500 mejores puntajes obtenidos en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) que ingresan a primer año. Estos puntajes están divididos por cinco tramos que se encuentran entre los 610,5 y los 838,0 puntos alcanzados por los estudiantes en las pruebas de matemáticas y lenguaje.

Llevando estas cifras a un plano más cercano, la Universidad de La Frontera (UFRO) recibió éste año por concepto de AFD la suma de $ 2.863.000.000, teniendo un alza cercana al 2,50% con respecto al 2007. Por concepto de AFI, el monto es cercano a los $300.000.000. Es aquí donde nace la siguiente interrogante ¿Se puede sustentar una universidad pública con estos aportes del Estado? El Vicerrector de Finanzas de la UFRO, Sergio Carter Fuentealba, expresó que “es una cantidad muy exigua, considerando que nosotros somos una universidad estatal, somos propiedad del Estado de Chile y por lo tanto esperaríamos que el estado se haga cargo y responsable de financiar todos nuestros gastos”.

Por lo mismo, las universidades deben cubrir sus gastos bajo otras formas particulares de financiamiento, como matrícula y aranceles, entre otras fuentes. La UFRO, logra obtener recursos para inversión por medio de una corporación para el desarrollo, que es una sociedad inmobiliaria que deja cerca de $500.000.000 anuales. Por otro lado, la recuperación del crédito solidario UFRO que se le otorga a los estudiantes, le significa un retorno cercano a los $500.000.000.

Así mismo, el dinero acumulado por concepto de aranceles y matrícula de la UFRO corresponde aproximadamente a $10.000.000.000, los cuales son destinados para pagar al personal de la universidad (docentes y administrativos). Siendo estos funcionarios públicos, reciben un sueldo con un reajuste anual de acuerdo a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Por tal motivo, los aranceles están en constante alza ya que se reajustan proporcionalmente al índice de salarios del sector público. “Este año nosotros reajustamos los aranceles en un 6,9% y el IPC fue de un 7,4%...con esto intentamos mantener nuestra economía en equilibrio, aún así no nos alcanza para pagar la planilla de toda la universidad” puntualizó el Vicerrector de Finanzas. El Estado se hace cargo de financiar solo un 18% del 7% del reajuste del IPC, por lo que la universidad debe costear el resto del porcentaje de los sueldos.

La realidad de la Universidad de La Frontera es una muestra de lo que ocurre en las 25 universidades del CRUCH, donde los recurrentes problemas de financiamiento provocan conflictos entre estudiantes y autoridades universitarias, como lo refleja el Académico de la UFRO Alonso Azócar: “Solamente el 18% de los dineros que tiene la universidad para funcionar viene por parte del estado, ya sea por AFD, AFI o vía proyecto; el restante 82% viene de aranceles y matrículas; por eso es que cuando los estudiantes piden congelamiento de aranceles o de matriculas no puede ser, porque la universidad quebraría”

Los problemas que presenta este sistema de financiamiento son principalmente una desigualdad en la distribución de recursos, debido a que el porcentaje histórico que asigna el AFD no se adecua a la realidad actual de cada universidad, lo que conlleva a un déficit significativo de recursos en comparación a la Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile. Además, a partir del 1981, nace el concepto de Universidades Estatales Públicas de Derecho Privado (Universidad Austral, Federico Santa María y Universidad de Concepción, entre otras), las cuales, aparte de recibir financiamiento de privados, reciben más recursos que las estatales públicas por concepto de AFD, como se grafica en la figura Nº 1.

Y esta brecha puede crecer aún más, si se considera lo planteado por el Académico Alonso Azocar: “el presidente de la Comisión Asesora Presidencial para la Educación Superior, Carlos Peña, propuso que el AFD y AFI se repartan por igual entre las 61 universidades chilenas. Si eso se da, sería la muerte para las universidades estatales, porque tendríamos que subir la matrícula, habría que juntar ese otro 18% del presupuesto, porque nos correspondería un tres o cuatro porciento a lo más de la repartición de los recursos del Estado y el resto, ¿de dónde lo sacamos?”

Lo real es que las universidades del CRUCH se ven cada vez más desfinanciadas por el Estado, lo que conlleva a que se adopten políticas internas de financiamiento que afectan directamente a terceros, como es el caso de los estudiantes por conceptos de matrícula y aranceles o del personal administrativo; como lo hizo la Universidad Católica de Temuco, que canceló el contrato a 50 funcionarios, entre académicos y administrativo, para poder solventar sus gastos.

Por su parte, el AFI no es un aporte sustantivo para cubrir las necesidades de las universidades, sobre todo las regionales, que reciben los puntajes más bajos del país por el hecho de que sus alumnos provengan de liceos municipales con recursos escasos y de baja subvención municipal para inversión en educación. Esto en comparación a la cantidad de recursos que reciben las Universidades de mayor prestigio, como lo son la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de Concepción, las cuales acaparan una mayor cantidad de alumnos con altos puntajes debido a estar mejor posicionadas a nivel nacional.

Lejos de estar a la altura de una universidad del siglo XXI y con miras al bicentenario, los aportes fiscales generan dificultades en las entidades académicas para asegurar el derecho a una Educación Pública de calidad, ya que al disminuir los recursos del Estado, se deteriora su orientación primordial de generar y traspasar conocimiento a la sociedad, creando una universidad que debe responder, en primera instancia, a sus demandas económicas que ha contribuir al desarrollo íntegro de la persona.

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martes, 1 de julio de 2008

ADIÓS, FIEL COMPAÑERA EDUCACIÓN...


TARDE PERO APARECIO...ACÁ ESTA EL VIDEO DE LA BIEN PONDERADA MARCHA FUNEBRE. ESTUDIANTES MOVILIZADOS DE LA UNIVERSIDAD DE LA FRONTERA MARCHARON CARGANDO EL ATAUD DE LA MAJESTUOSA EDUCACIÓN PÚBLICA, LA CUAL CAYÓ MUERTA EN MANOS DEL NEGOCIO NEOLIBERAL.

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sábado, 28 de junio de 2008

Finaliza el paro estudiantil en la UFRO

Tras firmar un acta de acuerdo que contempla 11 puntos negociados a traves del petitorio interno ufro, los estudiantes movilizados vuelven a sus actividades normales, siempre en un estado de alerta permanente por lo que está ocurriendo con la LGE a nivel nacional. Para éste día martes 1 de julio (día en que analizará la LGE en el senado), el colegio de profesores a llamado a un "paro social nacional" en contra de la Ley General de Educación y estudia pedir la renuncia de la ministra deeducación Mónica Jimenez de la Jara.
DESCARGA EL ACTA DE ACUERDO AQUÍ



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martes, 24 de junio de 2008

EL SEGUNDO TIEMPO PARA LAS NEGOCIACIONES

TRAS PERDER LA BATALLA PERO NO LA GUERRA EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS, LOS ESTUDIANTES MOVILIZADOS REINICIAN LAS NEGOCIACIONES CON EL GOBIERNO UNIVERSITARIO POR LOS TEMAS DEL PETITORIO INTERNO UFRO, SURGIENDO COMO PRIMER LÓGRO EL CAMBIO DE CONCESIONARIA EN LOS TICKET DE ALIMENTACIÓN. LA NUEVA EMPRESA ENCARGADA SERÁ ACCOR SERVICES, LA CUAL TIENE CONVENIOS CON SUPERMERCADOS COMO UNIMARC Y SANTA ISABEL. SIN EMBARGO, ESTO ES UN PEQUEÑO LOGRO. DE LA NEGOCIACIONES SE ESPERA DE MANERA URGENTE LA APROBACIÓN DE LA ORDENANZA DE DERECHOS Y DEBERES 2008 Y AVANZAR HACIA LA TRIESTAMENTALIDAD DE LA UNIVERSIDAD.

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